sábado, 8 de agosto de 2020

El día que me marqué un gol.


Esto no lo conté nunca, el día que me marqué un gol.

Era una pretemporada de un calor impresionante, los partidos de local en ese verano no los jugábamos en nuestro campo, era en otro que circunstancialmente albergaba partidos y entrenamientos. Nos tocó jugar allí a las seis de la tarde, tenía que haber unos 38° y salí a jugar el primer tiempo.

La jugada en cuestión fue un centro que se va cerrando y que tenía que palmear por encima del larguero. Salté, despejé y vi como el balón se metía en la portería... mientras caía pensaba... ¡cagada! Pero cuando volví a mirar el esférico, por no mirar para otro lado, e ir a sacarlo, vi que estaba por fuera de las redes y el árbitro pitando córner...
Aparenteme no había agujeros y lo vi entrar claramente pero cuando vi al colegiado señalar a la esquina me comporté como si nada hubiera pasado. Sólo vi a un contrario con cara extrañada y un compañero me dijo... "ha entrado ¿no?" Allí y por si alguien lo escuchaba le dije que ¡No!
En el descanso el delegado de campo se me acercó y me comentó que estaba cerca y vio que había entrado pero acordamos que se quedaría entre nosotros.
El partido continuó y nadie más se percató ni preguntó sobre el tema, así que no hubo autogol oficialmente pero... ese día me marqué un gol.

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