jueves, 16 de julio de 2020

Siete momentos. 1-Cuando me convertí en portero.




    Mi carrera o trayectoria futbolística fue de las muchas modestas y muy dignas que han habido en la historia de nuestro deporte. No fui profesional, dejémoslo en semi, un portero de Regional que quien sabe…
Dentro de la poca huella que ha podido dejar mi paso por el fútbol de competición tengo mis vivencias, recuerdos y momentos.

 Por eso contaré los siete momentos que primero me han venido a la cabeza al mirar atrás.

1-Cuando me convertí en portero.

    Yo era un prometedor jugador benjamín del GE Avante, lo que pasa es que lo que prometía era durar muy poquito en el fútbol porque no era muy bueno. En esa época se jugaba a futbito, en pista de fútbol sala con reglas similares al fútbol.

En el GE Avante aún de jugador.
Soy el primero por la derecha de arriba.

Un día mi padre, que era el entrenador del equipo me dijo en el Seat Seiscientos amarillo que teníamos, que para el siguiente partido nos iba a faltar un portero. Preguntaría a la plantilla quien estaría dispuesto a vestirse para tener dos pero si yo quería pues ya no lo haría.
A mi siempre me había gustado ponerme de portero en el colegio y me encantaba ver a Arconada, Buyo, Schumacher, Miguel Ángel, Urruti…
Así que le dije que sí.

    Recuerdo que en ningún momento me sentí raro, salí a jugar en el segundo tiempo y me gustó. Luego se supo que nos quedamos sólo con un portero y que la situación se alargaría.

Mi primer partido como portero.

Al principio viendo jugar a la Quinta del Buitre tuve algo de nostalgia pero ya había comenzado mi idilio con la portería que sigue vigente hoy en día.

Fue una decisión que me marcó ya que descubrí mi pasión y mi vocación pero estoy seguro de que si no hubiera faltado aquel portero, de una u otra manera, también hubiera acabado ocupando la portería.



No hay comentarios:

Publicar un comentario